a Sonia Bueno
Cuando el experto
de una gran casa importadora
de vinos de excelencia
se retiró triunfante de la cata
de un nuevo vino Chardonnay,
cumbre de la moderna enología,
dos o tres viejos lobos de mar,
meseros de gañote calibrado,
vastos conocedores del sabor
de tragos, alipuses y caguamas,
coincidimos que el vino,
aparte de las notas aromáticas
de limas dulces y manzanas verdes,
azahares y otras delicadas fragancias
cítricas y florales, también nos entregaba
volutas luminosas de un risueño perfume
que recordaba el agua de drenaje.
¡Brindo por ese ganapanes
con este vino en tetrabrik…!
¡Salud, pilluelo..!